Description
Aunque no parezca, pertenece a la familia de las leguminosas, sin embargo, el maní tiene los mismos beneficios para la salud que los frutos secos y por su composicion quimica se lo clasifica como uno de estos. Es uno de los alimentos con menor índice glucémico, el mismo es de 15, por lo que se recomienda un consumo diario en personas diabéticas.
Según un estudio publicado en Journal of Food Science and Technology, el maní tiene compuestos como resveratrol, que está asociado a la prevención del envejecimiento prematuro y a promover la longevidad. También tiene fitoesteroles, que permiten bloquear la absorción de colesterol y coenzima Q10, elementos reconocidos por tener propiedades para prevenir enfermedades crónicas.
El maní, además, aporta una gran cantidad de ácido fólico, que favorece la ovulación antes del embarazo y en mujeres embarazadas, ayuda al desarrollo normal del bebé. Se ha demostrado que la ingesta de maní durante el embarazo puede prevenir malformaciones y problemas de gestación.
Se trata de un producto que tiene un perfil graso amigable y saludable, es decir que favorece una disminución del colesterol total sanguíneo y del colesterol LDL (conocido como “colesterol malo”), a la vez que puede incrementar el colesterol HDL (el “colesterol bueno”). Si bien el maní tiene muchas cantidades de grasa, ayuda al hígado a equilibrar su funcionamiento y al páncreas a procesar más fácilmente el azúcar. Además, es un nutriente rico en fibra natural y es especialmente saludable para el corazón y el sistema digestivo, lo que disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas o de colon.
Otra de las funciones del maní es que puede actuar como antidepresivo. Los especialistas afirman que consumir un cuarto de taza de maní al día ayuda a generar niveles altos de serotonina en el cerebro, que se traduce en un equilibrio hormonal. Su alto contenido energético ayuda a disminuir la sensación de debilidad, cansancio y apatía.
Los nutrientes que contribuyen en la salud cognitiva
- Vitaminas del grupo B. Son necesarias para la producción de elementos específicos del cerebro como los neurotransmisores y la estructura celular.
- Ácidos grasos polinsaturados. Componentes críticos de las membranas neuronales, mantienen las membranas fluidas y la comunicación entre células.
- Vitamina E. Involucrada directamente en la protección de la membrana celular por medio de su acción antioxidante.
- Magnesio y Calcio. Regulación de la comunicación entre células del cerebro.
- Zinc. Componente de enzimas y componente estructural de varias proteínas, hormonas, receptor de hormonas, y moléculas involucradas en la comunicación entre células del cerebro.
- Hierro. Necesario para asegurar la oxigenación del cerebro, así como para la síntesis de los neurotransmisores.
- Manganeso y cobre. Participan de los mecanismos enzimáticos que protegen de los radicales libres.
- Fitonutrientes como carotenoides y flavonoides. Función neuropredictiva por medio de su rol como antioxidante.
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